Localizado al sureste de la capital azteca, Xochimilco es famoso en todo el mundo por sus canales de agua, sus trajineras, sus chinampas y… sus flores. Por Jorge Lara Tovar.
«Los asentamientos de México y de Xochimilco, edificados a partir de islotes ganados a un extenso lago, encerrado en un Valle a 2,200 metros de altura, son pruebas elocuentes del espíritu creador y de los esfuerzos del hombre, para formar un hábitat en un medio geográfico poco favorables». (Declaratoria como Patrimonio Cultural de la Humanidad, UNESCO 1987).

Localizado al sureste de la capital azteca, Xochimilco es famoso en todo el mundo por sus canales de agua, sus trajineras, sus chinampas y… sus flores.
“Lugar de la sementera florida” lo llamaban sus antiguos habitantes porque desde antes de la llegada de los españoles, la zona se caracterizaba por la producción de flores y hortalizas, actividad llevada a cabo en las no menos famosas y tradicionales chinampas.
Cuentan los cronistas indígenas autores del lienzo de Xochimilco que hacia el año 1265 después de Cristo, el Valle de Anahuac sufrió una terrible escasez de alimentos. Entonces Acatonalli, primer señor Xochimilca, le propone al Consejo de Ancianos colocar sobre las aguas del lago unas varas y cieno o limo y cultivar sobre ellas distintas variedades de plantas. Así se hace, la invención tiene éxito y comienzan a producir en la zona lacustre del Valle grandes cantidades de maíz, fríjol, chile, calabaza entre muchos otros productos. Además de convertirse en una población hermosa de grandes canales de agua.
Y los cronistas españoles que llegaron con Cortes, como fue el caso de López de Gomora; “En aquellos momentos los canales, el agua y las chinampas eran un cúmulo de belleza incomparable… como nunca más lo había visto”, Xochimilco se grabó en sus mentes sin exageración si hemos de confiar en que un alemán célebre por sus viajes y sus conocimientos, el varón Alejandro Humboldt, lo comparo casi doscientos años después con Venecia.
Las tareas productivas se han conservado y actualmente la región sigue reconociéndose por su enorme variedad de flores, árboles frutales y algunas plantas medicinales y comestibles. La actividad que en aquellos años se realizaba de manera empírica actualmente cuenta con el apoyo de ingenieros agrónomos y personal capacitado, y también se apoyan en el uso de avances tecnológicos como la irrigación y el control de plagas.

Si usted visita Xochimilco puede acudir a cuatro grandes mercados: el llamado “Palacio de la Flor”, ubicado en el centro mismo de la población, el “Mercado de Madre Selva” situado en el bosque del pueblo de Nativitas, el mercado de «San Luis» en el pueblo de Tlaxialtemalco y el mercado de “Plantas, Flores y Hortalizas de Cuemanco», donde se comercializan plantas y flores principalmente, pero también artículos complementarios como: tierra, macetas, artesanías y flor cortada.
Atrévase a llevar un ramo de Xoloxóchitl o magnolia, flor simbólica de belleza, la flor del corazón; el Cempaxóchitl o flor de 20 pétalos, para el altar de muertos o una maceta con su botón de Cocoxóchitl o dalia,
La flor de Nochebuena o cuetlaxóchitl de los aztecas, que se cultivó esmeradamente en los jardines de aclimatación de Netzahualcóyotl y de Moctezuma, pues era planta de tierra caliente. Los científicos la llaman euphorbia pulcherrima, arbusto de hojas, grandes, ovales, pálidas por la parte inferior; la inflorecencia está adornada de bracteas de un hermosísimo color rojo encendido, por lo que su extraordinaria belleza y su alto valor decorativo han valido a la Flor de Nochebuena su gran popularidad y es el símbolo de la Navidad en los Estados Unidos de América.
Aquí puede encontrar flores de casi todas partes del mundo, desde las tradicionales rosas, los claveles, gardenias, orquídeas, nochebuenas, geranios, margaritas, tulipanes, bugambilias, aves del paraíso, gerberas, girasoles, gladíolas, bromelias, ramo de novia, huele de noche, crisantemo, casablancas, montecasinos, azalías, jazmines, azucenas, violetas. Algunas son originarias de la zona, otras vienen desde distintos estados mexicanos como Colima, Puebla, Hidalgo, Morelos, Guerrero, Estado de México y Veracruz. Estas tierras y sus aires son buenos para cultivar sin problema el palo de brasil, el bambú, los bonsái de todo tipo.
Solamente en Canadá y en Holanda se encuentran mercados de flores más grandes que el de Cuemanco, aunque si le añadiéramos todos los puestos ubicados a lo largo y ancho de la delegación fácilmente podríamos superarlos. Tanto esmero y cuidado se ponen en en el cultivo de la flor en Xochimilco que muchos agrónomos extranjeros han coincidido en afirmar: » Los mexicanos son los mejores jardineros del mundo «.