Salman Rushdie: libertad y censura

El 14 de febrero de 1989, cuando el ayatolá Jomeini, líder supremo de la República Islámica de Irán, emitió una fetua por la que se condenaba a muerte a Salman Rushdie, alegando que su novela “Los versos satánicos” blasfemaba contra el Profeta, Rushdie respondió con la visibilidad del cuerpo y de la obra literaria. Por Bibiana Reyes.

La apuesta de Rusdie fue valiente y fue además un posicionamiento estético y político, el cual sostiene hasta el día de hoy con los riesgos que implica. Prueba de ellos es el más reciente atentado contra el escritor este 12 de agosto de 2022, más de 33 años después de dudoso decreto religioso. El autor fue apuñalado. en Nueva York. La Policía arrestó al atacante Hadi Matar, ciudadano estadounidense de origen libanés. Rushdie sufrió heridas graves, pero sobrevivió al ataque.

Para analizar la obra literaria y periodìstca de Rushdi8e, la unidad académica de la Facultad de Filosofía y Letras, organizò la charla “Caso Rushdie: libertad y censura”, en la que participaron Pedro Ángel Palou, Gastón García Marinozzi, Julieta García y la directora de Literatura y Fomento a la Lectura, Anel Pérez, Piñeiro quien señalò que Rushdie se ríe y continúa diciendo: “‘Sigo apostando por la libertad de pensamiento, por la libertad de expresión’. Está clarísimo que no se va a dejar intimidar”.

Por su parte, Pedro Ángel Palou sostuvo que “Rushdie es una figura mítica, pero sigue siendo un ser humano, y los hechos del viernes 12 de agosto en Nueva York lo confirman. Acotó que el agresor nació una década después del lanzamiento de la fatua, y “también sabemos por las noticias que tan sólo leyó tres páginas de la novela. No hay ningún otro autor en la historia de la literatura moderna que haya sufrido este grado de censura y este grado de persecución. De acuerdo con el PEN Club, actualmente hay 400 autores perseguidos en el mundo, pero ninguno ha sufrido como Rushdie”.

Palou comentó que  muchos periodistas consideran que Rushdie bajó la guardia y por eso sufrió la agresión, “para mí es más bien un acto de coraje el tratar de llevar una vida normal, después de tantos años de ser perseguido”.

En su intervención, el escritor Gastón García Marinozzi considera que hay tres grandes razones activadas a partir del 12 de agosto (día del atentado contra Rushdie): “la primera y principal es el riesgo a perder la vida, el cuerpo atacado; lo segundo, por fin la concreción de la amenaza que estaba latente –aunque ya había varias víctimas alternas como editores y traductores de la obra de Rushdie, el miedo que transitó por más de tres décadas dio otro paso adelante con alguien dispuesto a llevarlo al siguiente nivel–; y la tercera es ese repliegue de la libertad de pensamiento y de expresión a partir de la amenaza hacia Rushdie”.

Para García Marinozzi: “hay mucha gente en nuestros contextos democráticos y de libertad que tienen un posicionamiento que debilita la defensa de la libertad de expresión. No debería de haber peros al momento de defenderla. Hay una generación, un clima de época terrible, casi le llamaría fascismo identitario, con el que toda definición y visión del mundo es del grupo al que yo pertenezco. Ese grupo es el que genera estos peligros de odio y discriminación. El extremo de esto es el fundamentalismo y los asesinatos”.