¿Sabías que las azoteas verdes son muy útiles para captar el bióxido de carbono y las partículas contaminantes que se producen en una gran ciudad? Por Silvia María P.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi siete millones de personas mueren anualmente en el mundo a consecuencia de la contaminación ambiental, 20 mil de ellos son mexicanos y la mayor parte habitaba en zonas urbanas. Para enfrentar esta problemática, un grupo de investigadores de las universidades Nacional Autónoma de México y de Chapingo desarrollaron un proyecto de azoteas verdes.
El grupo interdisciplinario, encabezado por el biólogo Jerónimo Reyes Santiago realiza este proyecto que inició en el año 1999 en las azoteas de la Ciudad de México y muestra que la vegetación desarrollada en las alturas ayuda a regular la temperatura, capta el bióxido de carbono de la atmósfera, produce oxígeno, absorbe una gran cantidad de partículas suspendidas así como los hidrocarburos aromáticos policíclicos y multiplica las áreas verdes en zonas donde ya no existía espacio libre.
El informe de la OMS recopila datos de mil 600 ciudades, en 91 países. La población urbana está expuesta a la polución en el aire con niveles 2 y media veces por arriba de los recomendados con el incremento del riesgo de padecer enfermedades como cardiopatías isquémicas, accidentes cerebro-vasculares, neuropatía obstructiva crónica, cáncer de pulmón e infecciones agudas de las vías respiratorias en la población infantil.

Es en este marco que las azoteas verdes se constituyen en una alternativa viable, desde los puntos de vista biológico y económico. En el primer aspecto, rompen el límite de áreas verdes a ras del suelo, no consumen ni requieren altas cantidades de agua pues no soportan la presión de temperaturas altas provocadas por el efecto de islas de calor urbano.
La mayor parte de los integrantes de este equipo interdisciplinario de 20 especialistas han realizado estancias en la Universidad Humbold de Berlín, donde son pioneros en este tipo de desarrollos y donde se registró la primera azotea verde diseñada en México, en el año de 1999, cada espécimen y cada avance o retroceso fueron enviados a los científicos alemanes para contar con su asesoría.
“Nuestra intensión era trabajar una extensión de 2 mil metros cuadrados, principalmente en edificios mayores a 5 pisos pero no obtuvimos los permisos porque las autoridades consideraron que se deteriorarían los inmuebles. Tuvimos no sólo que explicar sino demostrar que manejábamos datos científicos, no estábamos improvisando y cada espacio se ajustaría a las condiciones específicas del inmueble en cuestión”, comenta el biólogo universitario.
Posteriormente seleccionaron las plantas de alta resistencia a la sequía, principalmente de la familia de las suculentas, cuyas características les permitirían soportar las condiciones climáticas de la zona urbana. Se optó por agaves, opuntias y siemprevivas. En el transcurso de la investigación se encontró que tienen una alta capacidad de absorción de las partículas suspendidas sobre todo de metales pesados como el plomo, zinc, cromo y manganeso, compuestos altamente cancerígenos.
El especialista destacó que las azoteas verdes mexicanas preservan especies de los habitats naturales del Valle de México, como el del pedregal de San Ángel, el de la Sierra de Guadalupe y de la zona lacustre de Xochimilco, además se diseñan y cultivan siguiendo criterios de arquitectura de paisaje, de tal manera que contribuyen a mejorar la calidad del medio ambiente y resultan un espectáculo atractivo visualmente.