Por Jorge Lara Tovar

Otro de mis ídolos de todos los tiempos es un hijo de migrantes argelinos que convirtió el futbol en su pasión. Debutó en el futbol profesional en 1989, apenas un mes antes de cumplir 16 años.
Salto a la cancha con el uniforme del Cannes y para 1994 fue convocado a integrar la Selección francesa de futbol que en aquellos años realmente no figuraba como un equipo grande. Muchos analistas deportivos, realmente conocedores, lo consideran el centrocampista más elegante de la historia.
Era un placer mirar su control del balón, verlo salir airoso de cada regate y conducir el balón cosido a sus zapatos. Ver su accionar dentro del campo era como si estuvieras viendo a un mago.
Fue Campeón Mundial con Francia en 1998. Campeón de Europa en el 2000, recibió el Balón de Oro en el 2006 y jugo su último partido en la Copa del Mundo en Alemania 2006, cuando salió expulsado por darle un cabezazo al jugador italiano Marco Materazzi.
Fue una pena que así terminará la carrera de uno de los jugadores más elegantes y limpios de la historia y, aunque no lo crean, al día siguiente de su expulsión ya se oía en la radio francesa esta canción, hablando de cómo Zizou arremetió contra Materazzi. Años después el italiano asegura que Zizou le dijo: “Te daré mi camiseta después’. Le contesté que prefería tener a su hermana que su camiseta”.
De hecho, Coup de Boule, la canción del cabezazo, escrita por tres miembros de Plage Records (www.laplagerecords.com), un pequeño sello especializado en ‘jingles’ y efectos de sonido, se convirtió esa misma semana en el número uno del play list en Francia.
«Atención, es el baile del cabezazo. Cabezazo a la derecha, cabezazo a la izquierda. Zidane ha golpeado, Zidane ha pegado (…) el árbitro lo ha visto en la tele (…) Pero la Copa se nos ha escapado, por lo menos nos lo hemos pasado en grande».
